De las damas que enorgullecen la profesión. Con años en la actividad, en el ámbito personal y también en la Universidad de Mar del Plata, por ejemplo, María Rosa Valsecchi tranquilamente podría simbolizar la esencia la Mujer Profesional. Al menos, en su ambiente de vida.

Ingeniera en Construcción, con más de 20 años dando cátedra, lúcida para contestar para hablar todo, hizo hincapié en el acercamiento de los jóvenes a la universidad y el rol que debería ocupar la mujer en la sociedad.

Valsachi se prestó a hablar del momento de su ambiente laboral, de la importante inserción de jóvenes, la camada que viene a suplantarlos en pos de un futuro mejor. “Nos parece muy bueno que nos juntemos con mucha gente, trabajen donde trabajen. Como ingenieras en alimento, en química, higiene y seguridad, ambientales, entre otras. Entonces, siempre hay un tema para debatir”, acotó.

Más allá del notorio espacio que ganó la mujer en todo sentido, la ingeniería no es una excepción, porque el porcentaje de ingenieras en el presente es muy superior al de años anteriores. “No podría hablar en números, pero pienso que todas las empresas que se dedican a los alimentos tienen su representante técnico. Hoy todos deberían tener una especialista”, contestó.

“Todos los ingenieros tienen trabajo”, se reconforta María, y prosigue: “En general, todos están bien absorbidos. Sean civiles, electricistas, las clásicas está bien. Mientras que las nuevas están batallando, mejorando notoriamente sus condiciones”.

Y ese crecimiento del sector está posibilitado por el auge que está teniendo en los jóvenes que terminan la secundaria y se introducen en la universidad. Que, más allá de los prejuicios por las matemáticas, se entusiasman con la carrera.

“Hace unos días, leí una nota periodística donde decía que el ingreso de chicos a las facultades había aumentado un 35%. Donde años atrás llorábamos que nadie entraba. Pero desde nuestro Colegio buscamos que los que asisten a la secundaria ingresen en alguna carrera”, manifestó. Y al respecto, contó que “nosotros hacemos algunas visitas en distintas escuelas, donde les mostramos a qué se dedica cada ingeniero. Cuál es su trabajo. Y les encanta”.

Quien fuera docente en secundaria y universidad, también reflexionó que “siempre les cuento a los chicos que estas materias que parecen duras y complicadas de estudiar, si las razonan, son más fáciles que otras carreras más filosóficas, donde hay que aportar mucho conocimiento. Lo que pasa es que hay muchos resquemores en la sociedad”.

Y se despidió afirmando que “hoy, un alumno de universidad se trata con más familiaridad con el profesor. Esto es muy valioso, algo que antes no pasaba. Quien enseña es más social y quien aprende tiene más confianza para preguntar. Eso ayuda al estudio”.

Fuente: Portal El retrato